Casi todos los niños suelen superar con éxito los divorcios con el tiempo (tras 1 o 2 años) y con un mínimo de consecuencias psicológicas, si bien es cierto que los niños por lo general suelen presentar más problemas que las niñas.
Efectos del divorcio en los hijos:
A parte del divorcio como tal hay otros factores que se asocian a este que se consideran un factor de riesgo para un divorcio más complicado:
- Perdida de poder adquisitivo, los gastos ya no se comparten.
- Cambio de residencia, colegio y amigos.
- Convivencia forzada con alguno de los progenitores o algún familiar.
- Disminución de la influencia del progenitor con el que no conviven.
- Introducción de parejas nuevas de los padres.
- Mala adaptación de alguno de los padres (hostilidad o depresión).
- Presión hacia los hijos para que tomen partido o proyección de la hostilidad hacia ellos.
Estos son los factores sobre los que debemos incidir para evitar divorcios complicados.
En conjunto todo lo que supone el divorcio se desencadena en los niños en un menor rendimiento académico, disminución de la autoestima o el autoconcepto, dificultades sociales, problemas emocionales (miedo, ansiedad, depresión…) y problemas de conducta. Aunque estos problemas se suelen producir durante el divorcio (a corto plazo) y acabar superándose tras unos años (ante la estabilización de la situación) además se cree que a largo plazo estos niños crecerán en adultos con más dificultades en comprometerse con parejas y con problemas para creer en la continuidad de las relaciones.
La ruptura también puede aumentar las interacciones negativas entre hermanos por lo general, excepto si las diferencias de edad son grandes y uno es “el mayor” (un adolescente).
Habrá niños que por su temperamento y la situación del entorno decidirán llevar a cabo una evitación, ignorar lo que les ocurre y ocultar y reprimir sus sentimientos, hacer como si nada (como estrategia de afrontamiento). Esto puede hacer que los padres falsamente perciban que las cosas van bien pero no es así. Esta estrategia se asocia con niveles más altos de depresión, ansiedad y problemas de conducta.
Las consecuencias del divorcio por regla general suelen ser peores en niños que en niñas, ellas suelen adaptarse mejor a la situación.
Para los hijos una separación (igual que para los padres) supone un proceso de duelo, cada niño lo afrontará de diferente manera pero por lo general muchos de los problemas se superarán y los niños suelen recuperarse pasado un año o así, si no ha habido complicaciones.
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