Los traumas y cómo manejarlos

El trauma es una realidad tangible en nuestras vidas, algo mucho más frecuente y común de lo que puede parecer. Su raíz etimológica proviene del griego, y significa “herida”. 
Normalmente se lo considera como la consecuencia derivada de un evento, que genera desórdenes psíquicos o físicos que afectan al nivel de calidad de nuestras vidas. Sin embargo, un trauma no es una condena de por vida.

¿Qué es el trauma?
El trauma emocional es una "herida psicológica" que puede ser provocada por situaciones diversas, generalmente extraordinarias, inquietantes, abrumadoras y perturbadoras, que van más allá de las experiencias usuales.
Estas situaciones altamente estresantes englobarían desde grandes desastres naturales, guerras, accidentes, abusos…, “graves amenazas a la vida o a la integridad física, amenazas verdaderas o daños a los hijos, cónyuge, familiares, amigos; destrucción súbita del hogar, de la comunidad; presenciar la muerte o heridas graves de otra persona como resultado de un accidente o de un acto de violencia física” 
También puede llegar a abarcar experiencias aparentemente de menor trascendencia, tales como: una operación, una caída, un castigo, enfermedades graves, desprotección, humillaciones, cambio de roles en la familia, migración a otra ciudad o país… que también pueden ser vivenciadas de forma traumática.
De hecho, no es tanto la dimensión del evento en sí mismo lo que determina el daño producido, sino que sus efectos dependerán, además, de cada persona, de su historia y de su entorno afectivo, del momento evolutivo en el que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo.
El trauma, sin importar su origen, afecta de tal manera a la salud, a la seguridad y al bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas sobre sí misma y del mundo que la rodea.
En general, se considera como algo normal que ante determinados eventos reaccionemos con tristeza, ansiedad, enfado, irritabilidad, alteración del comportamiento, consumo de sustancias... durante un breve periodo de tiempo. Sin embargo, a veces, esas dificultades se vuelven tan intensas y duraderas, que provocan serios problemas en el funcionamiento personal y de adaptación psicosocial.
Para dar cuenta de estos fenómenos más intensos y dañinos, la clasificación de la OMS , propone una categoría de los trastornos provocados por estrés y traumas, en los cuales se incluye el TEPT Agudo y Crónico, los Transtornos de Adaptación y los Cambios Duraderos de Personalidad posteriores a una situación catastrófica.
Actitud para enfrentarlo
Las personas con una actitud optimista parecen manejar mejor los síntomas de enfermedades físicas como pueden ser el cáncer, enfermedades crónicas, la cirugía cardíaca..., lo que parece deberse a que las estrategias usadas por estas personas suelen estar centradas más en el problema, en la búsqueda de apoyo social y encontrar los lados positivos de la experiencia estresante.
Por el contrario, las personas pesimistas se caracterizan por el empleo de la negación y el distanciamiento del agente estresor, centrándose más en los sentimientos negativos producidos por esa situación. De este modo, se va dibujando con mayor claridad un patrón de personalidad con tendencia a la buena salud que se caracteriza por el optimismo, la sensación de control y una buena capacidad de adaptación.
Este tipo de técnicas promueven la expresión del propio sentir desde un lenguaje diferente que permite canalizar sensaciones, emociones y recuerdos sin empujar a la catarsis o al desbordamiento emocional, ofreciendo una nueva vía expresiva que escapa a las resistencias y al bloqueo verbal, favoreciendo el recuerdo y la construcción de un relato coherente que posibilite la comprensión de lo ocurrido. Esto permitirá a la víctima la integración de su experiencia, desde un ámbito seguro y libre de juicios .
Así pues, el trauma no tiene por qué ser una condena de por vida. Durante el proceso de sanación se puede generar una evolución renovadora, capaz de mejorar nuestra calidad de vida, convirtiéndose en una experiencia de transformación y metamorfosis.
La capacidad que tenemos los seres humanos de perdonar, de recomponernos, de seguir adelante, de prosperar, de iluminarnos, de superar pruebas y sucesos, de levantarnos y resurgir con una sonrisa triunfal al reencontrarnos con nuestra identidad, con el amor… es espectacular y sencillamente admirable.


1 comentario:

  1. Hola!

    Es muy duro todo el proceso pero debe de afrontarse con serenidad y asi no sera una condena de por vida tal y como nos explicas, muchas gracias!!

    Ansiedad

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