La estética y nosotras


Envejecer es algo natural en la vida del ser humano, aunque hay gente que se asusta de solo pensarlo. Hacerlo en las mejores condiciones tanto físicas, emocionales como estéticas,  asegurará una buena calidad de vida, que es lo que realmente todos anhelan.


La medicina estética tiene un valor añadido a la persona, ya que ayuda a fortalecer la autoestima, mejora la salud psicofísica, mejora la calidad de vida de la persona y ayuda a alcanzar toda clase de objetivos. Los tratamientos más solicitados son la toxina botulínica (botox), la aplicación de acido hialurónico (hidratación de la piel), los hilos de sustentación (corrige la flacidez de la piel), que además de ser muy efectivos, son mínimamente invasivos.

No podía quedar de lado la alimentación  “somos lo que comemos”, por lo que además de consumir alimentos saludables y mantener una buena actividad física, es de suma importancia cuidar con lo que nos alimentamos, el exceso de comida "chatarra", las grasas, masas, azúcares y el alcohol, son nuestros peores enemigos.

Las motivaciones que llevan a las personas a acudir a tratamientos estéticos, son tan amplias como la oferta de tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos para mejorar la apariencia facial y corporal. En muchos casos las motivaciones son realistas y se basan en el deseo de aumentar la autoestima, mejorando la apariencia para bienestar propio y también para mayor visibilidad o aceptación social.

En todos los casos de consulta donde se solicitan intervenciones estéticas, el médico y el paciente deben tener claro si las motivaciones tienen la suficiente coherencia, y no obedecen a la búsqueda de soluciones irreales a circunstancias personales conflictivas, momentáneas o permanentes.




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